Walk With the Saints

St. Lawrence Parish’s founding pastor, Monsignor Laurence E. Higgins, had been working on a plan
for years to secure statues of saints he considered among the most important heroes of the Catholic
faith. Thanks to the generosity and dedication of several long-time parishioners and friends,
Monsignor’s vision for a “Walk With the Saints” has come to fruition.
One day, after celebrating Mass, the Holy Spirit inspired Msgr. Higgins to refer to a book he hadn’t
read in years, St. Augustine’s The City of God. St. Augustine wrote that life is a “tale of two cities,” the
Earthly City and the City of God. The earthly is consumed by a love of self and suppression of God,
and the heavenly by the love of God and suppression of self.
“In reflecting on St. Augustine’s thoughts, I could see our parishioners coming into the lot, parking
their cars, getting out, leaving their worldly thoughts behind, and entering into the City of God,”
said Higgins. He envisioned a statue of St. Augustine outside the walls, his hands welcoming everyone
through the piazza gates and into The City of God.
With nine other statues strategically placed inside the walls, families would be able to “walk and pray
with the saints” before entering God’s house in the church. Msgr. Higgins had long and carefully
considered the saints he thought should be included. Thanks to Msgr. Higgins’ vision for his “Walk
With the Saints,” we are all invited to experience the power of intercessory prayer and communion
with these saints.

El Párroco fundador de la parroquia de San Lorenzo, Monseñor Laurence E. Higgins, había estado
trabajando en un plan durante años para asegurar estatuas de santos que el consideraba entre los
héroes más importantes de la fe Católica. Gracias a la generosidad y dedicación de varios
feligreses y amigos de mucho tiempo, la vision, “Caminando Con los Santos,” de Monseñor se ha
hecho una realidad.
Un día, después de celebrar la Misa, el Espíritu Santo inspiró al Msgr. Higgins para referirse a un
libro que no había leído en años, La Ciudad de Dios de San Agustín. San Agustín escribió que la
vida es una “historia de dos ciudades,” la Ciudad Terrenal y la Ciudad de Dios. Lo terrenal es
consumido por el amor a sí mismo y la supresión de Dios, y lo celestial por el amor a Dios y la
supresión de sí mismo.
“Al reflexionar sobre los pensamientos de San Agustín, pude ver a nuestros feligreses entrar en la
propiedad, parquear sus autos, salir, dejar atrás sus preocupaciones y entrar a la Ciudad de Dios,”
dijo Higgins. Imaginó una estatua de San Agustín fuera de los muros, sus manos dando la
bienvenida a todos a través de las puertas de la plaza y hacia la Ciudad de Dios.
Con otras nueve estatuas colocadas estratégicamente dentro de los muros, las familias podrían
“caminar y orar con los santos” antes de entrar a la casa de Dios en la iglesia. Msgr. Higgins había
considerado durante mucho tiempo y cuidadosamente los santos que el pensaba que deberían
incluirse. Gracias a la visión de Msgr. Higgins, “Caminando Con los Santos,” todos estamos
invitados para sentir el poder de la oración intercesora y la comunión con estos santos.